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COLOSENSES - Cristo en vosotros, la esperanza de gloria
Meditaciones acerca de la epístola del apóstol Pablo a la iglesia en Colosas
25. Informes personales (Colosenses 4:7-9)
Colosenses 4:7-9
7 Todo lo que a mí se refiere, os lo hará saber Tíquico, amado hermano y fiel ministro en el Señor, 8 el cual he enviado a vosotros para esto mismo, para que conozca lo que a vosotros se refiere, y conforte vuestros corazones, 9 con Onésimo, amado y fiel hermano, que es uno de vosotros. Todo lo que aquí pasa, os lo harán saber.
Pablo quería informar a la iglesia en Colosas cómo se desarrollaban las cuestiones de su acusación, su proceso y las espectativas para su futuro. Eso no lo podía dictar bajo la vigilancia del soldado que estaba a su lado. Por eso envió la carta a Colosas, con uno de los experimentados colaboradores que tenía, para que informara a la iglesia verbalmente todos los detalles de su estadía en Roma. Para esta tarea delicada Pablo elegió a Tíquico, el que antes lo había acompañado como representante de los hermanos de Asia desde Efeso a Jerusalén, para entregar la abundante ofrenda a los creyentes judíos, quienes sufrían hambre (Hechos 20:4). Por lo tanto vemos que Tíquico era un hombre reconocido entre los creyentes en Anatolia, al que se podía confiar. Sus palabras eran verdaderas.
Pablo valoraba a Tíquico describiéndolo con enormes características: Lo llamaba su hermano en Cristo, lleno de amor y verdad. El había visitado al apóstol en su prisión preventiva en Roma sin abandonarlo jamás. De esta manera Tíquico fue registrado como seguidor del acusado. Pablo lo llamaba siervo de Cristo, diácono, que realizaba trabajos sucios y desagradables sin murmurar. Lo consideraba como su co-esclavo en el servicio del Mesías Jesús, quien se denominaba igual que Pablo voluntariamente “esclavo de Cristo” (Romanos 1:1; 1.Corintios 7:22; Efesios 6:6; y otros). Los dos se habían entregado incondicionalmente a su Señor y Salvador. El apóstol a las naciones enfatizaba este título de honor al llamalo co-esclavo “en el Señor”, siendo miembro activo del cuerpo espiritual de Cristo, haciendo siempre aquello que su Señor y su Cabeza le indicaba.
Este hombre era el enviado de Pablo a Colosas, su cartero y el consejero espiritual de la iglesia. El debía consolar a la iglesia, porque Pablo mismo no los podía visitar, explicándoles la carta en el poder del Espíritu consolador. Más tarde Pablo envió a Tíquico con una tarea semejante a la iglesia central en Efeso y después a Creta (Efesios 6:21; 2.Timoteo 4:12; Tito 3:12).
Además Tíquico, en su viaje a Colosas, debía ser también mediador en el problema jurídico de Onésimo, que provenía de Colosas, pero habiendo huído de su señor y amo se encontraba con Pablo en Roma, donde se había convertido (Filemón 10), y ahora Pablo lo enviaba nuevamente a su dueño, Filemón, a quien él dictó una carta especial pidiéndole con abundante amor y suma delicadeza, que no mandara a crucificar al ahora convertido esclavo Onésimo, sino que lo reciba como su fiel y amado hermano en Cristo, y regalándole su libertad lo enviara nuevamente a Pablo para ser su siervo. El llamaba a Onésimo miembro de la iglesia en Colosas, uno que pertenecía a ellos, y que como Tíquico podía informarles de su situación personal.
En la historia de la iglesia, Onésimo ocupa un lugar importante, pues se nos informa que durante su vida restante copiaba las cartas de Pablo mandándolas a todas las iglesias. De esta manera, gracias a su tremendo empeño, quedaron las trece cartas de Pablo y la mitad del Nuevo Testamento, a nuestra disposición. Onésimo significa: “el que es útil”.
ORACIÓN: Querido Señor Jesús, te agradecemos que pusiste hermanos al lado de Pablo en su prisión, antes de su muerte, que oraran con él, escribieran las cartas que él dictaba y llevaran los rollos de pergamino a las distintas iglesias. Ayúdanos en nuestra libertad, estar a tu disposición como esclavos voluntarios, y no ser negligentes en nuestra tarea. Amén.
PREGUNTA:
- ¿Cuáles características de Tíquico y Onésimo recuerdas?