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COLOSENSES - Cristo en vosotros, la esperanza de gloria
Meditaciones acerca de la epístola del apóstol Pablo a la iglesia en Colosas
1. Presentación del escritor y su saludo de bendición (Colosenses 1:1-2)
A los santos y fieles hermanos en Cristo
Pablo y Timoteo llamaron a los miembros de la iglesia en Colosas “santos”, lo que señala la purificación de sus pecados por la sangre de Cristo (Hebreos 9:14; 10:14), incluyendo su justificación por gracia (Romanos 3:22-24) y comprobado por el derramamiento del Espíritu Santo en sus corazones (Romanos 5:5b). Por medio de este Espíritu consolador se habían mantenido fieles en la fe en medio de sufrimientos y persecuciones (Juan 16:33; 17:17), así que en esta carta fueron llamados hermanos creyentes en Cristo (Mateo 12:47-50; Romanos 8:29; Efesios 2:19-22).
Este título de honor significa que ellos pertenecen tanto legal como también espiritualmente a la gran familia de Dios, y que cada uno en particular está amparado y protegido “en Cristo”. Esta expresión especial “en Cristo”, “en el Señor” o “en El” , la encontramos más de 100 veces en el Nuevo Testamento y esto significa para los suyos ser cuidados y refugiados por su Salvador y Señor. Los títulos mencionados en el encabezamiento de la carta encierran lo amplio de la salvación por gracia en el Nuevo Testamento.
La iglesia en Colosas, participaba de todos los dones y privilegios de la gracia del Nuevo Pacto sin la intervención de ningún apóstol y por eso permanecía firme aun en tremendas tentaciones y sufrimientos.
ORACIÓN: Nuestro Padre celestial, te agradecemos que a través del Señor Jesucristo transformaste a personas pecadoras en santos. Con el recibimiento del Espíritu Santo llegaron a ser hermanos en Cristo. Míranos también a nosotros y realiza tu salvación en nosotros que somos rebeldes y egoístas, para que seamos hermanas y hermanos santos.
PREGUNTA:
- ¿Quién es santo y cómo podemos llegar ser hermanos y hermanas activos en Cristo?
Pablo puso su bendición apostólica sobre la pequeña iglesia en el exilio y le aseguraba: “gracia y paz sean a vosotros” Esta poderosa promesa encierra la meta y el resumen del evangelio. Más no quería llevar a las iglesias.