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b) Los judíos interrogan al hombre curado (Juán 9:13–34)
JUÁN 9:13-15
13 Llevaron ante los fariseos al que había sido ciego. 14 Era sábado cuando Jesús hizo el barro y le abrió los ojos al ciego. 15 Por eso los fariseos, a su vez, le preguntaron cómo había recibido la vista. —Me untó barro en los ojos, me lavé, y ahora veo —respondió.
La vida judía era una prisión de legalismo, estaban más preocupados por la violación del sábado que por la alegría de la curación. Los vecinos y los espías llevaron al hombre curado a los fariseos para que decidieran si la curación era de Dios o por intervenciones satánicas.
Así comenzó el interrogatorio y la discusión sobre Jesús. El joven curado describió la forma en que se había producido la curación. Acortó su declaración, ya que su alegría por el restablecimiento se había visto enturbiada por el odio de los enemigos de Jesús.
JUÁN 9:16-17
16 Algunos de los fariseos comentaban: «Ese hombre no viene de parte de Dios, porque no respeta el sábado». Otros objetaban: «¿Cómo puede un pecador hacer semejantes señales?» Y había desacuerdo entre ellos. 17 Por eso interrogaron de nuevo al ciego: —¿Y qué opinas tú de él? Fue a ti a quien te abrió los ojos. —Yo digo que es profeta —contestó.
Después de escuchar su testimonio, los legalistas comenzaron a discutir. Algunos dijeron que Jesús no tiene poder de Dios, ya que ha roto el mandamiento de Dios. Así juzgaron a Jesús con un razonamiento legalista.
Otros vieron la conexión entre el pecado del ciego y su curación y perdón. Comentaron que la curación debía tener un significado más profundo, porque se relacionaba con la capacidad perdonadora de Dios. Por tanto, era imposible que Jesús fuera un pecador, porque perdonó el pecado y resolvió la causa de la aflicción.
Las dos partes no pudieron encontrar una conciliación. Ambas partes estaban ciegas, como muchos en nuestros días que discuten sobre Jesús superficialmente y sin sentido. Entonces interrogaron al hombre curado para saber si Jesús había dicho algo más y lo que sentía por Jesús. Tales indagaciones son útiles para la gente que sabe algo de Jesús. Es bueno interrogar a los que han nacido de nuevo porque ellos saben cómo liberarse del pecado y de la ira de Dios. Aparte de nuestro renacimiento espiritual no podemos ver a Dios.
El hombre curado se puso a pensar: "¿Quién es entonces Jesús?". Lo comparó con los hombres de Dios en la historia de su pueblo. Durante esa época histórica se realizaron muchos milagros, pero nadie había curado a un ciego de nacimiento. Por las acciones de Jesús cualquier persona pensante podía ver que aquí había un salvador único. Por eso el hombre llamó a Jesús profeta que no sólo discierne el futuro, sino que decide el presente con el poder de Dios. Escudriña los corazones y expresa la voluntad de Dios.
JUÁN 9:18-23
18 Pero los judíos no creían que el hombre hubiera sido ciego y que ahora viera, y hasta llamaron a sus padres 19 y les preguntaron: —¿Es este su hijo, el que dicen ustedes que nació ciego? ¿Cómo es que ahora puede ver? 20 —Sabemos que este es nuestro hijo —contestaron los padres—, y sabemos también que nació ciego. 21 Lo que no sabemos es cómo ahora puede ver, ni quién le abrió los ojos. Pregúntenselo a él, que ya es mayor de edad y puede responder por sí mismo. 22 Sus padres contestaron así por miedo a los judíos, pues ya estos habían convenido que se expulsara de la sinagoga a todo el que reconociera que Jesús era el Cristo. 23 Por eso dijeron sus padres: «Pregúntenselo a él, que ya es mayor de edad».
Los judíos se negaron a conceder la lógica de comparar los milagros del Antiguo Testamento con las obras de Dios de Cristo, que eran maravillas. No creían que fuera un profeta o el enviado de Dios, de lo contrario su posición habría sido defectuosa y sería censurable.
Recurrieron a una falacia, en el sentido de que el milagro era un engaño y que el hombre no había sido ciego en absoluto. Estaban dispuestos a alegar lo imposible para denunciar la realización de un milagro por parte de Jesús. Sanar a un ciego de nacimiento les parecía un imposible, una aflicción resultante de una culpa hereditaria.
Se trajo a los padres que habían oído hablar de los problemas de su hijo con la policía. Estos padres hablaron con cautela por miedo a los fariseos y negaron lo que habían oído antes de su hijo. Lo abandonaron para no verse envueltos en la crisis. Así que el hijo se quedó solo, responsable de sí mismo. La expulsión del Consejo era un asunto grave, significa la separación de la sociedad como un leproso. También significaría la negación de derechos y de la posibilidad de casarse. El odio de los judíos hacia Jesús había llegado a tal punto que querían destruir también a sus seguidores.
ORACIÓN: Señor Jesús, te damos gracias porque eres la autoridad de Dios hecha carne. Guárdanos en la hora de la prueba para que no nos aferremos a nuestra seguridad y comodidad más que a ti. Condúcenos a negarnos a nosotros mismos y a ser valientes y leales, a preferir la muerte antes que abandonarte o descuidarte.
PREGUNTA:
- ¿Por qué los judíos negaron la posibilidad de la curación del hombre ciego de nacimiento?